Hierba de Santamaría

Es originaria de Medio Oriente, se extendió desde la Edad Media por los balcanes y hoy está presente en toda Europa, América del Norte y Australia. En nuestro país se da muy bien, se mantiene florida casi permanentemente, crece como maleza al borde de los caminos, campos y terrenos abandonados, en lugares inhóspitos, al pie de antiguas murallas, etc. También es frecuentemente cultivada como planta medicinal y ornamental. Crece entre 10 y 60 cm de alto y es muy aromática al estrujarse, las flores se parecen a las de la manzanilla, con la que algunas veces se confunde.

Desde la antigüedad es utilizada como planta medicinal, las hojas son la parte usada, aunque tienen un sabor desagradable. Los romanos la usaban para inducir la menstruación y facilitar la expulsión de la placenta durante el parto. Fue utilizado hasta el final del siglo XIX para tratar afecciones ginecológicas, trastornos digestivos y cataplasmas contra torceduras, esguinces y hematomas.

Se utiliza además para eliminar lombrices intestinales, dolor de cabeza, migraña, neuralgias y fiebre. De manera externa se utiliza en compresas para tratar dolores reumáticos y artríticos.